Sacrum

Mariposo imprecante del cicatrizo,
Tropo que franela el deslizante laberinto,
Ladrillante que piedras la retumbante sinfonía,
Y simbolizas del tímpano arrecifo.

Epíloro fraguante que espantas los cuervos
Del cromosoma que a su sombra se asoma
Y que interrumpe la misa del clero
Que canta ante su madero de falsa iglesia.

Botón del augurio que lloras la piedra,
Camino que estupas la clara del seno virgen,
Erizas el pizarrante arruga que flema
Y frotas la palabra bendita.

Y respira las lágrimas de su fresco aliento,
Acompañado de las uñas de la mugre sacra
Agita, pudre, reza, envidia y purifica
Late la clavícula que lees en las venas de mi arbolo.

Flecha penetrante de esclerosa asonada
Que con palabra rítmica que endulza el ignorar,
Acoloras el bronce que te sacrificas en la piel de piedra,
Y observas a los seres bendecidos y beatificados
por una roca que hoy aprendió a ser Dios.

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